martes, 30 de diciembre de 2008

Las noches tienen tinte gris, de todas las veces que vi tu espalda colgar el atardecer, todas las veces que entendí como tus pies no son de esta tierra, ni tu alma será nunca de nadie. Las noches tienen ese gris que me encanta, comprendiendo que quizás no somos más que materia acabada pero llevamos el milagro en las miradas. Será hoy el día para iniciarnos, para darnos con un poco de luz las palabras y abrir las manos tan eternas y tan nuestras, será hoy, en esta noche gris que entenderemos como se siembra la perfección en el vientre, como el fruto y el dolor convergen en un solo destino que somos materia y amor en un mismo instante y a eso llegaremos, a eso nos debemos. Estas noches grises me confunden, me gustan y me recuerdan que muchos kilómetros atrás dejé la verdad atracada en el rompeolas junto a tu espalda, mientras observe que flotabas al final de tus propios miedos. A veces son grises las noches, y despiertan mis sueños.