viernes, 3 de abril de 2009

Cada palabra que desprenden estos dedos tienen tus células, pedazos de ti indelebles, con éxtasis de recorrerte, y aprender que cada segundo del día puede ser emoción , sorpresa y felicidad. Las miradas de mi alma ya no huyen, se entregan sigilosas al destino de sentirnos y vivir, sonreir y reir, aun cuando el peor de los miedos se encierre al final de mi espalda. A fin que mis dedos son caprichosos y les da por escribir verdades, por coquetear con tu barba, y obsesionarse con tu espalda. Mi alma le gusta disfrazarse de pecho, de corazón y de cuerpo así no se siente voluble , no se expone, se entrega al Peor/mejor de los misterios, a vivir lo que muchos mueren sin sentir.

1 comentario:

Rubén Darío Carrero dijo...

Todos en el mundo han olvidado la palabra "sentir", menos tú.
Cada átomo es finito, la palabra una cárcel...te leo y es una capa más de realidad para este sueño que no me deja desde hace años.
Los cuerpos, los segundos, la consciencia, el asombro, la carnación ideal.

Sigue escribiendo, sin curas.

Besos, pasillo de luz vacía…

P.D. Vi tú fotografía con esa bata blanca que llevas, no sabes cuanta sentido ha tenido para mí, todo está preñado de significado, es como si todo fuese un dictado y tú allí entre los enfermos más hermosos del mundo.